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Ahora que llueve...rogativa

Tras el "patinazo" papal, no vamos a pedir a los santos que ande finos en su excasas concesiones de deseos. Así que cauta yo, me he esperado a que lloviera, para que mis rogativas no fueran malogradas y depositadas en el baúl en el que el santo currela debe ir acumulando las de lluvia después de poner el cuño de pendiente de resolver.

Y en mis cuitas ando, rogando, rogando, porque ya no queda otra para ver si por milagro, que otras opciones me parecen improbables la clase política que nos gobierna sufre una transmutación y cuando menos tienen un poso de cultura. Como decía un famoso concejal de la redolada "vamos a vulcarnos con la cultura". Si no vulcarse no estaría de más un revolcón a ver si en aque affaire se les pega algo.

Y encima se lo tienen bien montado, intuyo incluso estrategias. Me explico. Aquellos que tras la transición, más listos que inteligentes, andaban en posición, es dicir dejándose se ver por los circulos, procurando no arriesgar demasiado y utilizando la greña y la verborrea para ligar y/o heredando cargo por cuestiones familiares, vieron que en esto de la política había filón. Y ellos que no había terminado sus estudios, que como mucho eran representantes sindicales de gremio "golpe en el pecho, pasión de casta", que por mucho que papa se empeñara no daban para el "bufete", encontraron su preciado y pagado lugar en la relación sadomaso de favores y clientelismos que configuran nuestra política actual.

Mientras tanto se inventaron el término tecnócrata, que dicho con el sufiente desprecio ha permitido poner en tela de juicio el trabajo "profesional" de aquellos que por menos por recorrido y mérito se ganaban el sustento. De esta forma el trabajo técnico se convierte en acto de complacencia, de sumisión y borreguerío, porque da más redito acatar que emitir informe. Conviene más a la discreccionalidad del ascenso el técnico sumiso que el trabajo documentado. Evidentemente todo ello en el magreo de bordear lo formalmente estipulado en pilas de reglamentos, ordenes y protocolos.

Lo dicho, siempre nos quedarán las rogativas.

5 comentarios

bio -

pedro...son cosas dificiles de comprender cuando no se han vivido...cuentas con mi comprensión vivida...

Pedro -

Gracias por la aclaración Bio. Por otra parte yo también me adhiero a muchas de las cosas que dices con claridad sin ver mala leche por ningún lado. La mala leche la utilizan los políticos cuando creen que quizás, probablemente, a lo mejor, a lo peor, posiblemente, tal vez, acaso, puede que alguien haga peligrar su poltrona y su "modus vivendi" y comienza la caza de brujas -yo la he vivido en propias carnes- las mentiras y la corrupción en grado máximo. Como en Huesca, vaya.

Me gusta que hayas aclarado lo del Papa. Yo estos días me he sentido Papa también.

Te envío un vídeo que, aunque revelador y ya conocidos sus contenidos, se queda corto:

http://www.youtube.com/watch?v=CQsDYmJAKSk&eurl=

Gracias de nuevo.

Pedro.

bio -

pedro...por eso he puesto patinazo entre comillas...si los políticos estuvieran tan preparados intelectualmente con lo está la iglesia católica y fuesen tan hábiles en sus cuestiones otro pelo nos correría...todo esto sin apoyar ni rechazar simplemente es cuestión de justicia...recuerdo la beatificación de escribá de balager como un prodigio de sutileza política...a un lado las "tropas" de escribá...al otro en la misma celebración...una monja de una microcongregación paupérria de africa...en el discurso de beatificación identitio número de palabras para uno y otra...

Revenido...un defecto oscense...decir mala leche...cuando se habla claro...gracias por la adhesión

HombreRevenido -

Olé, Bio. Me adhiero a tus palabras.
Cuanta mala leche, pero qué bien dicho.

Pedro -

Lo que dijo el Papa, su supuesto patinazo, fué esto:

(...) Recientemente leí la edición del profesor Theodore Khoury (Müster) del diálogo que el erudito emperador bizantino Manuel II Paleólogo, probablemente durante el invierno de 1391 en Ankara, mantuvo con un persa culto acerca del cristianismo y del Islam y sobre la verdad de ambos. Presumiblemente fue el propio emperador el que escribió, durante el asedio de Constantinopla entre 1394 y 1402, este diálogo; se explica así por qué sus razonamientos sean transcritos de manera más detallada que los de su interlocutor persa. El diálogo se extiende sobre todo sobre la imagen de Dios y del hombre, pero necesariamente también siempre de nuevo sobre la relación entre las –como se decía- tres "Leyes" o tres "reglas de la vida": Antiguo Testamento-Nuevo Testamento-Corán. No pretendo discutir esta cuestión en esta lección; querría tocar sólo un argumento –más bien marginal en la estructura de todo el diálogo- que, en el contexto del tema "fe y razón", me ha fascinado y que me servirá como punto de partida para mis reflexiones sobre este tema.

En la séptima conversación (o controversia) editada por el profesor Khoury, el emperador toca el tema de la yihad, de la guerra santa. Seguramente el emperador sabía que en la sura 2, 256 se lee: "Ninguna constricción a la fe". Es una de las suras del periodo inicial, según los expertos, durante el cual Mahoma mismo estaba aún sin poder y amenazado. Pero, naturalmente, el emperador conocía también las disposiciones, desarrolladas sucesivamente y fijadas en el Corán acerca de la guerra santa. Sin pararnos en detalles, como la diferencia de tratamiento entre los que poseen el "Libro" y los "incrédulos", él, de una manera sorprendentemente brusca, se vuelve a su interlocutor simplemente con la pregunta central acerca de las relaciones entre religión y violencia en general diciendo: "Enséñame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y os encontraréis solamente cosas malas e inhumanas como su orden de difundir a través de la espada la fe que predicaba". El emperador, después de haberse pronunciado de esta manera tan convincente, explica después minuciosamente las razones por las cuales la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional. La violencia contrasta con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. "Dios no se complace con la sangre –le dice-, no actuar siguiendo a la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Por lo tanto, quien quiera llevar a alguien hacia la fe, necesita la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, sin violencia ni amenazas... Para convencer un alma razonable no es necesario disponer ni del propio brazo, ni de instrumentos para herir, ni de ningún medio con el que se pueda amenazar a una persona de muerte...".

La afirmación decisiva en esta argumentación contra la conversión mediante la violencia es: no actuar siguiendo a la razón es contrario a la naturaleza de Dios. (...)

Mientras tanto Ahmanidejad está haciendo una purga de laicos en las universidades de Irán. Sólo es cuestión de hablar con iraníes.