Idiosincrasia
Cuando empeze en mi actual trabajo uno de mis jefes me invitó a comer y lo primero que hizo fue contarme la leyenda de la Campana de Huesca. No pude por menos que sentirme inquieta. El aviso era más que claro. Limitate a trabajar, no destaques, no propongas si no se te solcita, si propones ponlo en boca de otro, que no se te vea.
La enseñanza de la leyenda no es otra que la que Baltasar Gracian relaciona en su libro Oráculo Manual y Arte de la Prudencia. Obra expiatoria plagada de consejos para evitar a otros lo que el autor sufrió en sus propias carnes, la constante crítica y demolición de postulados.
El manual que ha sido entendido como un auténtico libro de cabecera para sobrevivir en el mundo ejecutivo y a la vista de su biografía fue un compendio de lo que hay que hacer y él no consiguio. Acallar propuestas, camuflar idea brillantes y evitar el palo. Era aragonés, vivió en Huesca largo tiempo, terminó repudiado en Graus por no cumplir sus propios consejos.
Consejos que una persona inquieta, polifacética y brillante difilmente podía cumplir, hubiera sido renunciar a su propia esencia como persona.
Para otros, en los tiempos actuales, ha quedado la opción de la diáspora.
9 comentarios
Guillermo -
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El cambio es importante, y dificultoso y con una necesidad de autoanálisis que va más allá de las cuestiones consideradas a día de hoy políticamente correctas (reparto de tareas, que yo personalmente que al final es un tema de pasta; cuotas paritarias...etc).
Un buen libro para este tema es ¿Que quieren las mujeres? de la editorial horas y horas. Y quizás todo esté mucho más imbricado con el concepto de dependencia (que no tiene por que se obligatoriamente negativo).
Guillermo -
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...es jodio ser culpables...y nadie lo queremos...lo entiendo...pero no me negaras que en general en vuestras manos han estado y están las posibilidades de cambio legislativo, las reglamentaciones en materia de jornada laboral y tiempos...etc etc...
...las tareas feminizadas...y no nos andemos con tonterias...son en general molestas y empreñantes...y nos encantaría a todos/as escaquearnos...cuidar de una criatura puede ser fantastico...pero ir al médico, cambiarle, reprenderle...es un peñazo...
...cierto que también sois victimas...y precisamente por eso te recomendé a Bonino...el habla de desconstrucción masculina...lo que en sus conferencia denomina propiar el hombre poco hombre...no es agradable desconstruirse...es algo que a casi todas...por lo menos a las que hemos intentando indagar a que venian tantos ...no te enteras...nos ha tocado tragarnos muchos pildorazos...incluido el de la propia culpabilidad de la perpetuación de roles, que es jorobao...
...asín que...compañero...ánimo...pero...como también izia mi agüela...el que se pica...ajos come...
Guillermo -
He leído "Obstáculos y resistencias masculinas..." y me parece que está escrito culpando al hombre de la desigualdad y responsabiizándolo de oponerse a la igualdad conscientemente. Sencillamente no estoy de acuerdo: la desigualdad es un producto de siglos de biología, sociología, educación y religión que sólo se puede desmontar actuando sobre esos factores (menos la bilogía, pienso) entre todos/as. El hombre también es víctima y las mujeres también son culpables de que persistan esas circunstancias. ¿O crees que es fácil dejar de ser el patriarca, como queremos muchos, cuando a la vez se te exige que lo sigas siendo en muchos aspectos?
La igualdad avanza despacio porque hay hombres que se resisten pero también porque hay muchas mujeres que son igualitarias de boquilla y en cuanto pueden, utilizan su supuesta condición de sexo débil para escabullirse. Perdona lo pedestre de los argumentos pero por cada hembra concienciada hay una hembra falsa (y claro por cada hombre concienciado hay tres que no)
Disculpa que sea tan pedestre.
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Guillermo -
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