Carta Abierta a Luis del Val
Estimado amigo, esta tu tierra que tan bien conoces, es árida y reseca incluso en ilusiones. Desconoce la palabra elección ya que cuando las alegrías llegan se dosifican por temas, y lo que es alegría para un sector seguramente será penuria para los colindantes. Con todo, y en ese afan de segundones, de los que quieren, pero no pueden, de los que se intuyen pero no llegan, se ha forjado un carácter de caricatura afable pero fondo resentido.Y en ese fondo resentido, de querer opinar aunque no se pueda, somos pioneros en poner cortapisas a nuestro propio potencial.
De los que marcharon y medraron los recibimos con brazos abiertos y oidos atentos a sus palabras y reflexiones. Por eso, mi querido amigo, por tu conocimiento y por ese despegado juicio que proporciona la lejanía, me sorprenden tus palabras en Sabiñanigo. Me sorprende, que a en esta tierra avida de palabras, contrapongas a modo de opción el turismo y los campos de golf, al regadío.
Sabes que necesitamos poco ánimo para poner frenos, que nos resulta dificil imaginar un futuro en el que todo tenga cabida, que la diaspora nos ha dejado mermados de recursos, sobre todo de los de materia gris, tan importantes. Por eso a día de hoy, es sencillo que te asintamos cuando haces una oposición de este tipo. Pero en esta tierra, ancha y larga, todos tenemos cabida, todavía somos ricos en potenciales aunque nuestras ilusiones anden desgatasdas.
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Guillermo -