Affaires cotidianos
Por favor si alguien tiene el correo electrónico de Pedro Almodovar que me lo proporcione. Que soy despistada no constituye ninguna novedad para mi misma. Pero hay temporadas en que todo se acentua, y te hace dudar de tus coordenadas. Ningún GPS tiene utilidad en esos trances.
Normalmente el detonante es ese preciso instante en el que la puerta de tu casa hace "clik" en tu cerebro y convive un largo instante con la foto precisa de tu manojo de llaves encima de la mesa de salón. Entonces, exhalas un profundo suspiro y eres más que consciente de lo que se avecina, aunque te empecines en decir, no no, que no que esto no es una serie, no no.
Demasiado tarde, la cadena está inexorablemente puesta en marcha. A partir de ahí y como si fuera un aluvión comienzan a sucederse pequeños despropositos cotidianos. Abres el maletero del coche para dejar un paquete, cierras con impetu y dedicas un cuarto de hora de tu vida a vaciar el bolso en medio de la calle en busca de la perdida llave del coche. Inutil busqueda, quedó junto con el paquete dentro del maletero. Con meridiana suerte te encontraras como mínimo a media hora de distancia andando de una llave de repuesto y ese día te habías puesto tacón.
Decides aprovechar el rato de medio día para ir a la piscina y quitarte el color blanco folio. Vas a casa te pone el bikini, coges ropa para cambiarte despues y volver al trabajo. Y cuando te quedan diez minutos para entrar a trabajar y vas a cambiarte en la piscina descubres que ¿cogiste toda la ropa? De nuevo visualizas tus bragas-tanga-refajo encima de cama. Comprometida situación, estas fuera de tiempo.
A todo esto se suma bajar a Zaragoza a entregar documentación y descubrir, con suerte a la altura de Almudevar, que llevas todo menos la documentación. Hacer firme propósito de acordarte de bajar la basura antes de salir pitando al lugar donde has quedado, para recordar la bolsa junto a la puerta cuando ya has llegado a la otra punta de Huesca. Y coger alegremente el teléfono con un estupendo !hola mami! y oir una varonil voz que te responde. No soy tu mami...soy...
Lo dicho, que si alguien tiene la dirección de Almodovar me la proporcione, soy indudablemente una de sus mujeres.
3 comentarios
bio -
...de todas formas...que tendran las llaves...hay que pensar una teoría porque para mi que tienen capacidad propia para intuir cuando te van a hacer perder el oremus...
Guillermo -
Por cierto, he encontrado una cosa que te puede servir respecto a un post anterior tuyo: http://www.aragondigital.es/asp/noticia.asp?notid=26660&secid=9
HombreRevenido -
A mí ya me entra la risa cuando me pasan cosas así. Pero el ¡Dios, qué idiota soy! que dura un segundo dramático me hace ser más humilde.
Menos mal que le pasa a más gente.