Que sinvivir

Como diría peibols , que sinvivir. Te acuestas tarde, noche de encuentros, unas cuantas cervecitas y entre sueños casí al amanecer notas un suave vello que roza tu cara....

Queridos/as blogoyentes, si ustedes esperan un post erótico.... este es el lugar erróneo.

El suave vello que rozaba mi cara no era que otro que Luna, mi mascota conejil. La verdad es que cuando hace ya ocho años alguna cachonda tuvo la brillante idea de regalarme una mascota, yo no estaba preparada para lo que se me venía encima. Un conejo tiene una vida media de unos tres meses, entre jaula y plato, entre monte y cazuela o similares. Peroooo, si el conejo en cuestión es adicto a las galletas marias, es eterno.

En el caso de Luna, otro cachondo con mirada profesional examinó sus zonas reproductivas y sentenció: es hembra, y recibió el susodicho nombre . Dos meses despues era totalmente indudable que aquellos dos bultos rosados...tetas no iban a ser no. Bueno a lo que iba, en el caso de Luna, no ha sido suficiente con martirizar mis noches aporreando el comedero, el muy delicado solo come unas cositas verdes que sólo son el 2% del pienso; no ha sido suficiente con comerse los cables de la televisión, el teléfono y de mis zapatillas cada vez que me dejo abierta la jaula. Si no que ya en su madurez ha aprendido abrir la jaula y campar sin escrupulos hasta mi cara.

Tener una mascota así es un sinvivir. Todavía recuerdo dos ocasiones:

Yo a amigo 1: Si hombre ¿que no has visto mi conejo?

amigo 1: (sonrisa conejil) nooooo...jejeje...pero si te empeñas

O aquella otra, si es que vivo en otro mundo:

"Pues mi conejo es blanco"...silencio espeso a mi alrededor.