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Nosotras que nos queremos tanto

Forges...a sí ese es el de las nueces

Forges...a sí ese es el de las nueces

Genial

8 de marzo

Ayer le daba vueltas a qué decir hoy, 8 de marzo, un año más. Pensaba que es importante seguir diciendo en voz alta un "Para nosotras, que nos queremos tanto". Por todas nosotras, por las que trabajan, por las que estudian, por las que investigan la vida, por las que sienten, por las que empatizan, por las que sufren, por las que mueren día a día.

Ayer le daba vueltas a decir algo revindicativo de la obviedad. De algo tan lógico como dificultoso que es pensar que el 50% de la población mundial es igual que el otro 50%. De algo tan lógico que si a ese 50% se le permite, opinar, expresar, avanzar, aportar, todos y todas saldremos ganado.

Ayer les daba vueltas a decir algo que ponga de relieve el reconocimiento a los compañeros que caminan a la par, a los que saben ver, a los que te guiñan el ojo en las situaciones complicadas, a los que se indignan contigo.

Hoy, me he levantado, y he visto que Luna, mi mascota conejil, había muerto. Ha sido mi compañía muda durante los nueve años más duros de mi vida. Ahora que he aprendido a quereme, a respetarme, a permitir que me quieran, ahora que por fin soy mujer completa, de forma muda ha marchado.

Un 8 de marzo, ¿creeis en las señales?

Pues no...

Pues no...

Cuando vi que se había publicado un libro con este título, me dije, pues habrá que leerlo. Y en ello estoy, así que por el momento no hay crítica. Lo que si me parece importante es, de vez en cuando (y lo digo sobre todo por las compañeras) recordarnos la frasecita en voz alta. Simplemente como medida para combatir la erosión que te va dejando en la piel, y en la moral, tanto comentario negativo.

Reconozco que en lo laboral no coincido precisamente con un entorno sutíl y refinado, más bien el día a dia transcurre más cercano (incluso instalado) en el Opá del Koala, que en la delicadeza del Lago de los Cisnes. Y con lo años aprendes a tener cintura y cada vez que te dicen la famosa frasecita de "mira es que no te enteras" o bien "no lo vas a entender" te sonries y piensas: más te gustaría a tí que no me enterara cazurro.

Siempre me ha parecido infantil, lastima que sea tan efectivo, hacerse la tonta. Una especie de insulto encubierto al compañero que tienes enfrente. Ilusa yo, pensaba, se tiene que dar cuenta que esto es una farsa. Lamentablemente, no. Y acaba siendo una estrategia de supervivencia que todas utilizamos. Y que si decides no utilizar has de asumir las consecuencias, entre ellas, la más socorrida, el deleznable "tienes la regla ¿no?".

Lo dicho, no somos tontas. Aunque a muchos les gusta suponerlo.

25 de noviembre

Ayer fue el día internacional contra la violencia de género, con cifras, datos, imagenes que cuando menos nos sumen en el desasosiego. No hace muchos años, era un tema que carecía de leyes, medidas y lo más doloroso concienciación social. Todavía recuerdo algún caso en Huesca donde al final la juzgada era la propia maltratada. Dadas las cifras me sería sencillo ponerme a criticar las políticas que se han puesto en marcha, su lentitud e ineficacia. Pero creo sinceramente que todo lo que se hace al respecto es política de la desesperación.

Cuando un tema entronca tan de fondo con nuestras propias esencias, con nuestras miserias privadas que en ocasiones preferimos ni siquiera mirar, es complejo pretender que la aseptica pluma del legislador normalize y tipifique todo el universo de emociones y afectos que se esconden tras una realidad tan dolorosa,quizás incluso la suya propia. Toda la teoría feminista, con sus intestinas luchas entre igualdad y diferencia, me resulta insufiente para comprender mi propia realidad, cuanto no más para comprender la de otras y otros instalados hace tiempo en el dolor.

No entiendo la lucha entre géneros, tuve la inmensa fortuna de tener un padre "hombre poco hombre" sensible y respetuoso. He vivido la amargura de amigos que sentian rechazo hacia el rol que les toca vivir. Y el cansancio de muchas compañeras, de todas las edades, respecto a la obligación de género de demostrar un duro "yo también valgo". La complejidad de nuestras propias dependencias y miedos.

Realidad enmarañada que nos inquieta porque nadie estamos exentos de deperminados padeceres, y cuando nos quitamos las multiples capas de piel dura, que con el paso de los años se acumulan, tan solo nos quedan nuestros propios miedos.

Van 60

A la par que ayer, 20-N (repeluss), escuchaba en todos los medios la noticia de que el número de mujeres asesinadas por sus compañeros ascendía ya a 60, leí via peri este polémico pero sin duda muy interesante artículo de Javier Ramos Sanchez. Tertulia?

Venga...que lo traigo baratitoooo....

Venga...que lo traigo baratitoooo....

Tras una semana de ausencia del mundanal ruido, vuelta a lo cotidiano. Y veamos... alguien me puede explicar la puñetera manía de un año antes de elecciones sacar a subasta hasta la silla de Marcelino¿?. Uff, solo hay que leer el BOA, todas, todas las subvenciones atascadas a trote gorrinero. Ya sé, ya sé, hay que dejar las arcas vacias por lo que pudiera o pudiese pasar. Ya.

Por otro lado, "anécdota" de la vida cotidiana:

Un jefe: El otro día hablamos de tí.

Yo: (Silencio)

Un jefe: Hubo alguien que se quejó de que opinas mucho. Mira un consejo recuerda que eres mujer.

Yo: Que quiere decir eso?

Un jefe: Que tienes que ser más dulce. Que a los hombres no se les puede corregir cuando se equivocan.

Yo: Ah! Me quieres decir que con mi actual forma de trabajar si fuera hombre me dariais una palmada en la espalda, pero como soy mujer preferis que no se me vea.

Un jefe: Exacto.

.......

Siguiendo con el estribillo de Tuco Requena: ...compramé un metereologo...que prediga tu mal humor....compramé un metereologo, que prediga tu calenton...

salsita

8 de marzo en tanto en cuanto:

A tu compañero le digan ingeniero y a ti "chatita".

Tu compañero negocia duramente, tu...tienes la regla.

En una reunión de trabajo donde eres la única mujer siempre se acaben contando chistes verdes.

Resulte "obvio" que quedarte embarzada es una perdida económica para la empresa.

Existan entidades compuestas exclusivamente por hombres, si somos más de 50% de la población, solo por probabilidad...¿como no estamos ahí?

Y sobre todo 8 marzo por que ya vale de cumplir roles que nos perjudican a unas y a otros, una sociedad igualitaria, dialogante, que aprovecha TODOS sus recursos humanos beneficia a toda la sociedad.

Para los compañeros que están hartos del papelon que les toca jugar una lectura recomendada: Nuevas Masculinidades y en concreto la reflexión de Luis Bonino.

 

 

 

Presencia de mujeres en consejos de Administración

En la página de responsabilidad social corporativa de la Fundación Ecología y Desarrollo he encontrado esta nota de prensa que me parece interesante. Os pongo abajo el enlace.

La presencia de mujeres en los consejos de administración de las compañías españolas cotizadas sigue siendo muy inferior a la de los mercados más avanzados

21-04-2004

La Fundación Ecología y Desarrollo publica un documento de trabajo titulado “Género y los consejos de administración de las empresas del IBEX 35”, e invita al nuevo gobierno y a las empresas españolas a estudiar mecanismos para ampliar la diversidad en la composición de sus consejos de administración.
http://www.ecodes.org/pages/notasprensa/evento.asp?ID=336

Felíz 8 de marzo

Desde que descubrió un pequeño bulto en uno de sus pechos, Elena no puede pegar ojo, y pasa las noches en vela, de la cama a la cocina y de la cocina la cuarto de bano, mientras su marido ronca y resopla. Raquel tiene que convencer a sus alumnos de que el Quijote es la más maravillosa novela jamás escrita, pero ella, la única vez que intentó leerla de seguido, ni siquiera consiguió pasar de la primera parte, tanto humor cruel, misógino y escatológico se le hacía insoportable. Lorena creía que una vez casada con su novio de toda la vida sería la mujer más feliz del mundo: se equivocaba. Susana ha ido sola al cine, a ver "Millon dolar baby", y vuelve a casa pensando que le gustaría decirle a su marido que ella sólo haestado y está enamorada de un hombre, y que ese hombre se llama Clint Eastwood. Maribel aprieta cálidamente la mano de su madre, a la que el alzheimer le ha borrado la memoria por completo, y en voz muy baja le dice: "Ahora toca cambiar los papeles, en adelante yo haré de madre y tú harás de hija". Lucía se detiene de pronto en medio de la acera, cierra los ojos y sonríe al sentir la caricia de un rayo de sol. Beatriz, que por fin ha obtenido el divorcio, sale de la peluqiería con el pelo color naranja zanahoria y al pasar por una floritería, decide regalarse un gigantesco ramo de rosas blancas. Miriam pone en marcha el coche y, encendiendo un cigarrillo, pensa que nada le gusta más que conducir bajo la lluvia. Carmen detesta madrugar, y el cierzo, y a los hombres que la miran como anumales en celo cuando se cruza con ellos camino del trabajo. Ana, que, como cada noche, se ha quedado dormida viendo la televisión, se levanta con frío del sofá, se prepara un vaso de leche caliente y, asomada a la venta, piensa que también ella "es feliz mirando la nubes todos los días después de comprobar que el cielo de cualquier ciudad está hecho de los sueños de los que allí vivimos".
Alguna mujeres
Julio José Ordovás
Heraldo de Aragón 28 de febrero de 2005