Tragarse el pildorazo
El tema del asesino en serie de protitutas ha puesto de nuevo sobre la mesa la condiciones socio-laborales a las que el colectivo de putas y chaperos se encuentra sometido, soy dada a meterme en jardines así que a ver como salgo de esta. Constantemente se denuncia la existencia de redes, mafias, malostratos y un largo etcétera de situaciones que es fruto, a mi corto entender de una inoperancia normativa en un tema que dicho literalmente "quema entre las manos".
Hace años en un congreso estatal sobre feminismo que se celebró en Cordoba, vi como el tema era de una visceralidad meridiana y levantaba importantes ampollas. En aquel momento comencé a leer sobre las distintas posturas teóricas-ideológicas que se estaban manejando. Desde el ligero filtreo de Rato con fines economicistas, las posturas prohibicionistas que esgrimen la consecución de una idílica caida del patriarcado y la prostitución como una forma de violencia ejercida sobre las mujeres , la postura abolicionista que despenaliza la actividad de las prostitutas pero recrimina su uso, distintas comparecencias en la comisión especial abierta a tal fin en el Senado, incluso la postura mantenida por las feministas creyentes importante dada su implicación religiosa, o las medidas normativas adoptadas en otros paises como Suecia.
Personalmente y después de darle vueltas al tema considero que lo primero son las personas y que en aspectos de sexualidad (conocimiento, autoconocimiento, reconocimiento) queda un largo camino por andar. Me parece que la legalización de la prostitución, trabajadoras/es del sexo, postura defendida por asociación Hetaira , mantiene una coherencia realista con la sociedad en la que vivimos. Una postura encarnada en aquellas personas que realmente padecen en primera persona el problema.
Aunque claro, todo esto dá para mucho cavilar.
3 comentarios
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serjuzu -
serjuzu -
"Afortunadamente hoy ya nadie habla de legalizar la prostitución"