Naturalezas silenciosas
Al margen de cualquier tipo de polémica, y como soy un poco animalico, el CDAN es un sitio en el que me siento especialmente bien, simplemente con estar y abrir un ratito los poros. Si a eso le sumamos una exposición de fotografía, mejor que mejor.
El paseo por naturalezas silenciosas, me ha hecho sentir precisamente eso, silencio. Que en un mundo cargado de palabras, en ocasiones no va mal. Reconozco que el silencio fue fruto del azar, o mejor dicho de azar nada, de las buenas profesionales que allí trabajan y que conociendo el atolondramiento generalizado de los visitantes han reservado para la sala más discreta la más silenciosa de nuestras naturalezas, la vanidad. Así el paseo que empezó con el exceso barroco de Guido Mocafico en " Nature morte au cochon"(2004), terminó con un silencio interno y externo que sólo podía ser aderezado por un cálido atardecer.
Reconozco que fui motivada al leer en la prensa de rapidillo el nombre Man Ray, una sola obra suya hubiera bastado para picar mi curiosidad. Tanto su rayograma expuesto, como un delicado guiño de Chema Madoz colgado cerca, fueron un rico aperitivo. Sin embargo, por su sencillez me quedo con la fotografía "Cuidados" (2004) de José A. Hernandez Diez , con el juego de líneas de "Washing on the line" de Erhard Dorner, tema a día de hoy un tanto sobado pero magistralmente elaborado en 1930. Y siguiendo con fotos de 1930, "Pimiento" de Edward Weston y "Espiga" de Emili Godés me parecieron un primer plato más que sufiente. Para segundo plato me quedo con una foto actual, al gusto actual, y que no podía ser otra que "Trilogía de los platos" de Kenji Toma.
Sin embargo el postre, siempre llega cuando no lo esperas, me llegaría de la mano de las obras seleccionadas para el apartado Vanitas. Cuando ya cansina subía las escaleras y me dije a mi misma, joer bio, siempre igual entras tan corriendo que esta sala se queda fuera de la mirada. Vanidad dice el folleto de la exposición hace referencia a la brevedad de la vida humana, al caracter transitorio de placeres y logros. "The Morge. Hacked to Death" (1992) de André Serrano , "Corpus Medius" (2000) de Joel Peter Witkin y "Sin título" (y sin año) de Daido Moriyama , me sumieron en el silencio.
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