L'amour...l'amour

Hoy San Valentin, o San Ballantines según otros . La verdad es que en el reparto de fiestas paganas, al susodicho santo le toco la china, él que sólo andaba preocupado de casar a tooquisqui que se le ponía por delante, acaba emparejado con un ángel mofletudo y un tanto chispas.

Lo cierto, es que tema que nos dé más para hablar, pensar, sentir, padecer, que este. Dificil. Nos puede poner en orbita de cero a cinco segundos, con los oidos estilo olla express. Nos hace perder el sentido de la estética, todo lo vemos bonito, nos vemos bonitos/as, nos ponemos una col en la cabeza y nos vemos la mar de guapos/as. Nos hace pasar de la euforia al decaimiento, de la ilusión al miedo, de la sorpresa a la exigencia, del placer al dolor, y convertir días de invierno en torridas tardes de verano, o pasar frio glaciar en la línea del ecuador, y por supuesto viceversa.

Para los seres estomacales, como la que suscribe, el estómago pasa a ser EL ÓRGANO (no pongaís s donde no la hay). Se independizar, se va de casa, se segrega, en una revolución que no entiende de razonamientos.

Lejos de la versión comercial, ¿quién no añora que todos los días sean San Valentín?. Abrir los ojos y con naturalidad, sin miedo hacer ese gesto cotidiano e ilusionado de decir: te quiero.